Todo lo que somos y sentimos, alma, cuerpo y entorno forman parte de un todo. Los cuerpos, tanto de humanos como de animales, están compuestos por un conjunto de frecuencias que vibran como un grupo armónico perfectamente equilibrado.

En el Universo todas las cosas están hechas de materia y energía. Todo vibra y todo lo que vibra se puede medir y SENTIR. Por un lado, la MATERIA está compuesta de átomos y moléculas y por otro, la ENERGÍA hace que los átomos y las moléculas se muevan constantemente. Nada está en reposo.

El ser humano, igual que los animales, formamos parte de este movimiento vibratorio puesto que estamos compuestos por átomos y moléculas. El cuerpo físico que vemos no es lo único que vibra, sino una pequeñísima parte de lo que somos en realidad. Nuestro verdadero “yo”, está integrado también por otro cuerpo invisible al que llamamos cuerpo energético. Todos los cuerpos están interconectados y lo que ocurre en uno le afectará inevitablemente al resto.

El cuerpo energético está formado por canales de energía como los chakras y los meridianos. Los primeros son grandes centros energéticos encargados de distribuir dicha energía a todos los órganos y partes del cuerpo. Lo hacen a través de los meridianos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando se produce un bloqueo en alguno de los chakras principales, alguna parte de nuestro cuerpo físico se ve afectada. Nuestro cuerpo se  desequilibra y se “desafina”, sobre todo cuando existe estrés físico o emocional. Esto pude incluso provocar la aparición de alguna enfermedad si se mantiene en el tiempo. Al equilibrar los puntos energéticos, el cuerpo recupera su ritmo natural de resonancia y se armoniza. Las terapias vibracionales sirven como herramientas para ayudar a que esto ocurra.

Cada pensamiento, acción y emoción afecta a los Chakras dejando su marca en el cuerpo físico. Esto ocurre en animales y en los seres humanos por igual. Las energías que nos rodean también afectan e influencian nuestro cuerpo energético y físico provocándonos desequilibrios.

Los perros tienen un campo energético más amplio y por ello absorben y hacen suyas las emociones o dolencias de sus compañeros humanos. Este es el motivo por el que, para tratar a un animal con el que convivimos, es de gran ayuda también tratar a su tutor.

¿Cómo se trabaja la armonización? 

Existen muchas técnicas para ello, terapias vibracionales que ayudan a equilibrar nuestro estado armónico. Las Flores de Bach, la terapia del color, el Reiki, el uso de los cristales y minerales, las plantas y sus propiedades, todas ellas sirven para mejorar “la afinación” de nuestros sistemas energéticos.

En mi caso, soy Nuria, comunicadora animal, educadora canina, técnico en terapia asistida por animales y canalizadora de cristales Litios. Cada una de las especialidades que trabajo tanto con animales como con personas, complementan al resto.

De entre todas las herramientas de sanación energética, los cristales Litios son sin duda mi técnica preferida. Ellos me permiten armonizar profundizando a la vez en aspectos desconocidos del “ser”, ya sean provocados por experiencias vividas en el pasado o por situaciones del presente que nos bloquean nuestro día a día. A través de ellos puedo dar visibilidad a esos aspectos ocultos, tanto de nuestros animales como de sus tutores, que impiden a ambos avanzar y ayudarles así a salir de ese bucle emocional en el que a veces se encuentran.

Además los cristales también me facilitan la mejora energética de espacios y limpieza del hogar en el que habitamos. Los animales tienen una enorme sensibilidad y en ocasiones una energía extraña en el hogar puede hacerles sentirse incomodos y expresarlo a través de conductas indebidas, incluso hacerles enfermar. Si pones atención, seguro que recuerdas a tu perro o gato negándose a entrar en alguna habitación sin motivo aparente o centrando su mirada en algún  punto de la casa en el que parece no haber nada a simple vista.

Las energías densas todos somos capaces de sentirlas pero nuestra atención esta más centrada en el pensar que en el sentir. A los seres humanos nos suele costar desarrollar esa sensibilidad necesaria pero eso no significa que no tengamos la capacidad.

Los cristales no son incompatibles con otras técnicas por lo que las Flores de Bach, la Zoofarmacognosis, la terapia del color, el Reiki, son complementarias y de gran ayuda para todo este trabajo de armonización.